sábado, 7 de abril de 2012

Tríptico Hexadecimal.

El Día del Idiota.
En los albores del cuarto milenio, la ciudad de Nueva York seguía conservando su prosperidad. El progreso era notable aunque imperceptible para los habitantes de aquella época. La información era enviada vía Wi-Fi a las redes sinápticas neuronales, conectando directamente con el cerebro. Enviando así imagen y sonido de manera cognitiva, pudiendo almacenar el contenido imprescindible. La descarga de información que recaía sobre el individuo, era gestionada según sus preferencias, tanto públicas como privadas. De la misma manera, podía compartirse información o comunicación interpersonal de manera telepática, ya que cada ser humano era receptor y emisor Wi-Fi. Consiguieron que el cerebro no recibiese una sobrecarga, liberándole de gran parte de la pesada carga del control fisiológico. Microchips biológicos eran los encargados de la gestión eficiente del mapa celular y la transformación de materia por parte de los diversos órganos que conforman el cuerpo humano. De esa manera se detectaban y eliminaban con instantánea rapidez la aparición de mutaciones celulares y se remediaba el mal funcionamiento de cualquier área anatómica. El transporte y los viajes se realizaban a través de agujeros de gusano estables en células de teletransporte. Existían tres tipos de teletransporte: el dimensional, el multidimensional y las máquinas del tiempo. Cada uno tenía su señalización, así como terminales de entrada y salida, que se mostraban con discos nano-LED verdes y rojos, respectivamente. Ahí encontramos a nuestro personaje, en dirección a uno de los portales de acceso dimensional. La mala suerte hizo que cruzase por error un terminal de salida justo en el momento en que otra persona hacía uso del correspondiente terminal de entrada que se encontraba en el otro extremo. La consecuencia de juntar materia al mismo tiempo y en el mismo lugar, era letal. Poco podía hacer el microchip biológico ante tamaño error. La optimización de los recursos en toda escala, gracias a la síntesis de átomos por fusión nuclear como máximo exponente y la expansión tecnológica basada en biorobótica, hizo que los años se alargasen varios meses. Debido a que se encontró una posición más adecuada en distancia con respecto al Sol por su expansión de tamaño, pequeña pero perceptible. Eran necesarias nuevas efemérides que colocar en los días extensivos para su conmemoración. Así nació el Día del Idiota, dedicado a dicho sujeto, usuario del teletransporte. Había sido el primer y último accidente en el viaje dimensional, ya que a las horas siguientes se había creado una aplicación de alerta y de inhibición muscular en la aproximación a un terminal de salida dimensional, emitida vía Wi-Fi, por supuesto. Como era costumbre, la conmemoración idealista duró poco, ya que el Corte Inglés, actualmente conocido como Wal-Mart, la convirtió en una fiesta comercial y consumista. Después de todo, no se había avanzado tanto…

El convencimiento del amor o el amor racional.
El amor es un gran conocido emocional pero un sinsentido racional. ¿Existe el amor racional? La respuesta, aunque subjetiva, sería un rotundo sí. Ya que ese sí responde a la pregunta, ¿tiene sentido amar? Evidentemente, un sentido emocional que encierra un sentido racional subjetivo. Transmutemos el amor en algo racional, dotemos al amor de objetividad pura. Siendo así, las palabras pueden ser necesarias pero no fiables. Cuando se quiere a alguien, aunque sea necesario, no tiene sentido decirlo. Decir “te quiero”, cuando el amor es verdadero, es insignificante para expresar verdaderamente el sentimiento. ¿Cómo explicar aquello que te hace hervir la sangre en las venas? ¿O que llega congelártela? ¿Cómo explicar esa explosión de vida? ¿O esa descarga de energía? ¿Cómo explicar ese desconcierto del raciocinio exacerbado? ¿O ese éxtasis mental? ¿Cómo explicar esa apoteosis? ¿O ese éxito absoluto? Bueno, explicarlo puede ser sencillo. Pero, ¿cómo hacerlo entender? Lamentablemente, no se puede. No se puede en los mismos términos en los que lo entendemos nosotros, pero sí pueden ser lo suficientemente próximos. Las palabras se quedan pequeñas y los hechos, aunque menos incontestables, tampoco son capaces de llegar a la verdad certera y suprema. El amor significa hacer partícipe a la persona amada de nuestra objetividad a la hora de querer estar con ella. Por lo tanto, es necesaria la confianza. La confianza en la objetividad ajena, en una razón extraña y no propia. Podría ser equiparable a la fe religiosa, aunque considero el amor una razón infinitamente más poderosa. Justo esta razón, por su condición, genera todo lo contrario, desconfianza. Es más fácil creer que no nos quieren, a todo lo contrario. Pero es un gesto de valentía poder aceptar el amor que nos profesan. Así como la inteligencia de saber compartir nuestra objetividad. Saber compartir el amor, lejos del pronunciamiento de un simple “te quiero”, que resuena a banalidad. El amor es racional.

Edit: "La mayor declaración de amor es la que no se hace; el hombre que siente mucho, habla poco".
PLATÓN

La letra con sangre, entra.
Hay una corriente de pensamiento popular que postula la posibilidad en la que los demás tienen que entender la esencia de un dogma de una forma determinada (si quiere ser de manera rápida y efectiva se hace uso de la violencia, de cualquier tipo de ella) sin dar más oportunidades para la comprensión. Dicen, “las cosas son como son”, bueno, ¿y cómo son? Es despreciable la intención de no hacer partícipe al prójimo, sino súbdito. La gran irracionalidad reside de la misma forma en aquel que lejos de indignarse, se siente cómodo en dicho papel. Cualquier concepto debe ser asimilado, entendido y analizado. Para que de esa forma, se cree opinión. Sin opinión se crea un dogma, con ella se crea razón. La diferencia está en la paradoja de basarte en ti mismo como propio fin, o en algo externo a ti. Si te basas en ti mismo, eres responsable de lo que decides. De lo contrario, ¿qué se es? Llegaría más lejos, ¿se es algo? También es cierto que en el mundo actual hay gestores de ignorancia y creadores de la misma. Son los mismos que manejan los hilos del dogma. El dogma no tiene porqué ser malo, pero de primeras debe generar la confianza suficiente como para intentar transformarlo. Pasar de dogma a razón, o dejarlo por imposible como algo con nulo poder de convencimiento. El análisis conlleva implicación. Quiere decir que te importan las ideas lo suficiente como para tenerlas en cuenta y al final desecharlas o aceptarlas. Compartirlas o no, pero siempre con el pensamiento del respeto a la idea, por alejada que pueda estar de nuestro raciocinio. El progreso en la gestión de la ideas sería de gran impacto a nivel social, o no.




PD: - Pero vamos a ver, chaval, ¿qué haces volviendo por aquí? Ya te dije que te estabas buscando un problema...
- Venía a darle una vuelta al binario. Y de paso felicito al blog, que cumplió años el 7 de Marzo. Doy entrada a la primavera. También felicito a mi hermana que cumplió a fin de mes. Todo esto a tiempo, sin lugar a dudas. Saludo a mis padres y pido la paz en el mundo, un Mikolápiz y un vasito de gazpacho. La cuenta, por favor.
- Le va a salir todo por ojo y medio y un beso.
- Tú si que sabes, bribón...
(Efectivamente, por si no se han dado cuenta, he dejado la medicación. Malditas sean las ganas de escribir).
¡Un abrazo!