viernes, 1 de noviembre de 2013

Nitrato Robot

Trastorno del pensamiento.
- Hubiese estado bien escribir algo con frases de cine o títulos de canciones.
- Eso requiere talento.
- Con convencimiento al menos podría hacerse un intento.
- Tiene que estar en mente para que siga la ilusión.
- La realidad lo superaría.
- Llamar realidad a lo inexistente suena pretencioso.
- Me refiero a pequeños gestos. Como la satisfacción de andar de manera extravagante, pareciendo una burda parodia del Flying Circus.
- Diarrea mental.
- Seguro que tienes ideas más descabelladas. O manías peculiares.
- Para nada, me estanco en la normalidad.
- No te creo. Seguro que encuentras inspiración en la música pero no la pones demasiado alta para poder escuchar bien lo que piensas.
- Frío.
- Es posible que te guste llamarte de usted. Además puede que al entrar al autobús tengas preparada siempre la tarjeta en la mano y buscas el asiento al lado de la puerta de salida. Te resulta cómodo porque no hay asientos delante que reduzcan el espacio y prefieres situarte junto a la ventanilla porque así te distraer con el paisaje si no llevas música contigo.
- Ni de lejos.
- Entonces conduces despatarrado con el brazo izquierdo sosteniendo el volante y el derecho apoyado en el reposabrazos mientras agarras la palanca de cambio. Miras a los retrovisores compulsivamente y siempre detectas un coche que parece seguirte. Aunque en otras ocasiones te sientes perseguidor.
- ¿Y voy sin cinturón?
- ¿Para que se te caiga el pantalón? Podría ser decididamente sugerente.
- Humor de altos vuelos.
- Estoy convencido de que bailas cuando sabes que no te ve nadie, proyectando la melodía directamente de tu cabeza.
- Eso es estúpido.
- Entonces, piensas en escenarios futuribles y completamente incoherentes. Pero lo haces al detalle, imaginas el diálogo completo y lo representas mentalmente como una proyección astral. Imaginas incluso el lugar, vagamente, de forma borrosa. También la vestimenta y la gente que pasea alrededor.
-¿Qué clase de enfermo eres?
- Tengo la impresión de que detestas las pequeñas lagunas. En general, tienes el cuidado necesario como para repetir ordenadamente los pasos necesarios para evitar esas situaciones, aunque alejarte de esa liturgia provoca los equívocos. Escribes las ideas que te parecen interesantes en papel para un desarrollo futuro. Es la manera de preservar tu olvido.
- Háztelo mirar, en serio.
- Necesitas distracciones para llevar a cabo cualquier tarea. Cualquier sonido medianamente armonioso de fondo que te ayuda en el funcionamiento del ritmo sináptico y al mismo tiempo te hace disfrutar.
- No lo estás entendiendo. No estás bien, necesitas ayuda profesional.
- Bueno, mi última carta. Te gusta escribir para liberar tus ideas y tu mente en general. Para hacerlo necesitas parte de las peculiaridades anteriormente descritas. Tienes predilección por los diálogos. Te camuflas en ellos sin querer y aunque lo intentes disimular siempre le hablas a una mujer. En realidad, es un icono femenino que te da la tranquilidad suficiente como para desarrollar tu sinsentido.
– Ahí me has dado. Chapeau.



P.S. Más desvaríos... Escribir en un estado neutro es como el café descafeinado o el cine sin palomitas. Un quiero y no puedo. Y fíjate que cualquier texto podría empezar así, y así se queda.

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