miércoles, 21 de julio de 2010

Noches de Blasfemia.

(Mark Benford llega al Hospital Universitario Princeton-Plainsboro de New Jersey, allí espera en la consulta para que le ayuden con sus problemas con la bebida que se han visto acrecentados en los últimos meses.)
Mark Benford: Doctor, he estado esperando media hora para que se dignase a pasar consulta.
House: Considérese afortunado la media de espera en esta consulta es de una hora por paciente, dos si son afroamericanos que se llaman Eric Foreman.
Mark Benford: Necesito que me ayude con el alcoholismo.
House: Por supuesto, vayamos a tomar algo. No puedo ayudarlo con eso sobrio.
Mark Benford: Joder, ¿no me podía haber tocado el hospital de Anatomía de Grey?
House: Allí no pueden ayudarlo, digamos que están más interesados en las relaciones interprofesionales, en lo que se refiere a la medicina, claro. Además ese hospital es ficticio.
Mark Benford: Igual que éste.
House: Touché, pero mi jefa está más buena.
Mark Benford: Si no tiene ninguna otra cosa irrelevante que decir, le agradecería que acabase con la consulta.
House: Segunda planta, psiquiatría. Y no se enfade, sé que es jodido trabajar para un negro.
(Mark Benford sale de la consulta y se dirige hacia la consulta del psiquiatra. Al llegar a la sala de espera se sienta entre otros dos personajes.)
Mark Benford: Hola.
Sheldon Cooper: Déjeme informarle que sus intentos de establecer una conversación son completamente inútiles.
Mark Benford: (Con gesto muy serio, incluso llegando a ser agresivo.) Le voy a pedir por favor que no siga contribuyendo a que éste sea un día de mierda. Así que si no es mucha molestia dígame su nombre y qué se supone que hace aquí.
Sheldon Cooper: Como de costumbre las situaciones límite conducen a la barbarie humana. En cualquier caso, mi nombre es Sheldon Cooper y trabajo como físico teórico en California Institute of Technology. Estoy aquí porque mi madre me obliga a venir una vez al año para que me ayuden a relacionarme con otra gente, pero aún no les he hecho comprender que no me interesa y no está siendo un placer conocerle.
Mark Benford: Muy bien Sr. Cooper, buen trabajo.
Sheldon Cooper: Seguro que eso es lo mismo que le dice a su mujer después de practicar el coito, bazinga.
Mark Benford: Sr. Cooper, cállese.
Sheldon Cooper: Se lo advertí y sus intentos finalmente me dieron la razón, yo gano.
(Mark Benford mira hacia el otro personaje.)
Mark Benford: ¿Y usted, qué?
Michael Scott: Yo, nada. No me mire como si fuera un policía fracasado que ahoga sus penas en alcohol, me pone nervioso. No le conviene ponerme nervioso. Nadie debería estar nervioso. Así que tranquilicémonos.
Mark Benford: Joder, este día debe de ser una broma.
Michael Scott: Bien me ha pillado, así que tengo que confesárselo. Me han enviado aquí por petición de mis trabajadores, porque tengo presuntos problemas conducta, pero les he pillado. Sé que ha sido una broma para prepararme alguna sorpresa.
Mark Benford: Sr. Scott, desde el incidente sólo trabajan en los hospitales y la policía.
Michael Scott: En ningún momento le he dicho mi nombre. ¿Es usted un extorsionador, verdad? Enfermera, este señor está completamente fuera de control, exijo que llame a seguridad y que lo detengan.
Mark Benford: Sr. Scott, soy del FBI.
Michael Scott: ¿Del FBI? Mm, bien, esto es lo que vamos a hacer. Vamos a fingir que nada de esto ha pasado, tome mi tarjeta y llámeme al salir de aquí para que le invite a tomar unos tragos y todos tan amigos.
Mark Benford: No puedo beber Sr. Scott.
Michael Scott: Claro, los del FBI siguen siendo partidarios de la “ley seca”. No hay nada como los viejos tiempos, le entiendo perfectamente.
Mark Benford: Seguiría hablando con usted Sr. Scott, pero creo que es mi turno.
Michael Scott: (Rompiendo la cuarta pared.) Me da mala espina ese tipo, aunque debo reconocer que no soy un gran admirador del orden preestablecido. Soy fiel seguidor de la anarquía, para poder hacer lo que quiera mientras les digo a los demás lo que tienen que hacer.
(Mark Benford entra en la consulta donde el doctor le espera dándole la espalda, sentado en su sillón.)
Mark Benford: Con permiso.
House: No se arrugue a estas alturas, hombre. Pase y tome asiento, no le cobro extra por sentarse, lo juro.
Mark Benford: ¿Es que no hay más médicos en este jodido hospital?
House: Mire, a ver como se lo explico. Esto es lo que se llama un micro-diálogo, no hay presupuesto suficiente para derrocharlo en más médicos famosos. De hecho, iban a traer a George Clooney, pero no se daba por satisfecho con un par de frascos de calmantes.
Mark Benford: Bien, ya que he acabado en esta situación, dígame que es lo siguiente.
House: Bueno, ya que se auto-diagnostico no es un caso que despierta mi curiosidad, así que he preparado una terapia de choque.
Mark Benford: Maldita sea, está pasando justamente lo que vi en mi flash-forward.
House: ¿Qué ha dicho, flash-no sé qué?
Mark Benford: Flash-forward, todo el mundo ha tenido uno la semana pasada, es una especie de viaje al futuro.
House: Usted está peor de lo que imaginaba, bien la terapia de choque consistirá en que sufra una experiencia lo suficientemente traumática como para que al recordarla inhiba la necesidad de beber e inventar historias sin sentido. Enfermera, acompañe al Sr. Benford a la sala de exploración anal.
Mark Benford: Noooooooooooooo.
(Mark Benford sufre un dolorosísimo tacto rectal y vuelve a la consulta de House para acabar con el procedimiento, acompañado por la enfermera, Benford, aprovecha el despiste de ésta para correr hacia la consulta donde irrumpe con fuerza.)
Mark Benford: Dese usted por denunciado, junto con el hospital.
(En ese momento entran dos abogados en la consulta, el segundo de ellos sin pantalones)
Alan Shore: Hola a todos, somos Alan Shore y Denny Crane, que está aquí en contra de mi voluntad. Representamos al hospital y llevaremos el caso del Dr. House, no sé preocupe por las apariencias, Greg. Somos los mejores.
(Mark Benford mira atónito a Crane en calzoncillos.)
Denny Crane: Y defendiendo también somos los mejores.
Alan Shore: ¿De qué se acusa a nuestro defendido?
Shark: Pues, aparte de mala praxis, por supuesto. Posesión de drogas, trato irrespetuoso, escándalo público, continuas vejaciones y racismo. Me encargaré personalmente de que duermas entre barrotes una temporada.
Alan Shore: Pero si está aquí Sebastian Stark, ¿a qué debemos el placer?
Shark: Déjate de estupideces, Alan. ¿O acaso crees que no he visto cómo acosabas a mi cliente?
Denny Crane: No nos ha dado tiempo de hacerlo bien, ¿podrías darnos unos minutos?
Alan Shore: Nos veremos en juicio Stark. No tengas en cuenta lo de éste inconsciente. Por cierto, ¿no deberías estar en Los Ángeles?
Shark: Sí, pero no podía perderme este nuevo combate entre Boston y Los Ángeles. Volveréis a perder.
(Todos los abogados salen de escena ante la incredulidad de Mark Benford y la indiferencia de House.)
House: ¿Sigue con ganas de demandar?
Mark Benford: La verdad es que ahora tengo mis dudas.
Sheldon Cooper: ¡Oh Dios mío! Soy testigo de un crimen, ¿qué se supone que debería hacer?
Mark Benford: No voy a demandarle Sr. Cooper.
Sheldon Cooper: (Tembloroso.) No intente tranquilizarme, es como si lo estuviera viendo. Estaré tranquilamente repasando mis gloriosos avances científicos y cuando casi logré llegar a una conclusión que cambiará la humanidad, me entregarán una carta diciendo que tengo que declarar en su juicio. Pero no se preocupe, estoy a tiempo de crear una máquina del tiempo para que eso nunca suceda.
(Sheldon sale a paso rápido de la consulta. Mark y House se quedan mirando al Sr. Scott que está quieto en el quicio de la puerta de la consulta.)
Michael Scott: No he visto nada de lo ocurrido.
House: ¿Qué ha ocurrido?
Mark Benford: No ha pasado nada.
Michael Scott: Por supuesto, no ha pasado nada. ¿Cómo va a pasar algo? Éste no un sitio donde pasen cosas, ¿verdad? Ehm, es bonita la decoración de esta consulta, lo tendré en cuenta para mi oficina.
House: Sólo hay dos sillas una mesa Sr. Scott. ¿De verdad cree que este es un sitio donde no pasan cosas?
Michael Scott: (Desafiante al sentirse acorralado.) Vamos a centrarnos un poco más en la decoración, ¿quiere? Mire ahí, hay un detalle que se le ha escapado, yo diría que no ha citado esa papelera. Y estoy completamente seguro de que es una pieza muy importante de la consulta. No margine a las papeleras, sólo porque es lugar donde arroja su mierda.
House: ¿Se siente papel…?
(La conversación parecía no tener fin y Mark Benford decide salir de la consulta.)
Mark Benford: Tengo que escapar de este lugar.
Michael Scofield: ¿Quieres salir?
Mark Benford: Es lo que acabo de decir.
Michael Scofield: Yo sé cómo.
Mark Benford: Yo también, por la puerta principal.
Michael Scofield: Está loco, no saldrá de aquí vivo de esa manera. Le estarán esperando.
Mark Benford: ¿Qué propone?
Michael Scofield: Hay unos pasillos secretos en el sótano que dan a una salida situada a la espalda del edificio.
Mark Benford: Vamos.
(Ambos hacen el recorrido designado por Scofield, en el transcurso de este ven por una rejilla como House y Michael Scott se parten de risa viendo los Simpsons en una sala de descanso. Al llegar al final del camino esperan escondidos delante de la salida.)
Mark Benford: ¿No es esa la salida principal?
Michael Scofield: (Con un gesto de desesperación en la cara.) Oh no, debí mirar los planos al revés. El plan se fue a la mierda, no hay solución.
Mark Benford: Yo me abro. Estoy hasta las narices de estupideces.
(Mark Benford se dirige a la puerta principal, antes de llegar se tropieza con alguien.)
Mark Benford: Tenga más cuidado.
Earl Hickey: Hombre, estaba buscándole. Es usted el nº 283 de mi lista. “Compensar al agente del FBI que drogamos e hicimos creer que tenía visiones del futuro.”
Mark Benford: ¿Cómo?
Earl Hickey: Bien he traído una botellita de Jack Daniel’s. ¿Qué tal si brindamos por su recuperación?
(Benford saca su arma reglamentaria y dispara repetidamente a Earl, luego se va tranquilamente. Horas después en el escenario del crimen.)
Gil Grissom: Hum, parece que tenemos un muerto.
Horatio Caine: Así es, y además éste es de los que no respiran.
Chandler Bing: ¿Han probado a hacerle el boca a boca? ¿A lo mejor sólo está inconsciente?
Horatio Caine: No lo creo tiene varios balazos en el pecho. Eso me hace pensar que lo más probable es que esté muerto.
Chandler Bing: Claro, ¿cómo es posible que no se me ocurriese?
Gil Grissom: Quizás porque usted no es criminalista, deje trabajar a los profesionales y si pudiese marcharse mejor.
Chandler Bing: Por supuesto, seguro que resuelven el caso en cuanto me vaya.
(De repente aparece Sheldon en una extraña máquina, acompañado por el Dr. Emmett L. Brown.)
Sheldon Cooper: Oh mierda, ahora soy testigo de otro crimen. Las cosas empeoran, vuelve a fijar coordenadas Doc. Parece que nos hemos equivocado.
(Desaparecen sin más.)
Chandler Bing: Me parece que mi presencia es menos molesta después de lo que acabamos de ver.
Gil Grissom: Márchese.
Chandler Bing: Vale, vale.
(Chandler se va lanzando improperios contra los agentes del CSI.)
Horatio Caine: Mira Gil, parece que nuestro amigo tenía una lista de posibles enemigos.
Gil Grissom: Déjame ver Honorato.
(Horatio le entrega la lista a Grissom.)
Gil Grissom: Eso parece, sólo tenemos que buscar a los sujetos que no aparecen tachados, los demás podemos descartarlos.
Horatio Caine: Nuestro asesino ha dejado muchas pistas. Si lo que quiere es que vayamos tras él, eso es lo que haremos.
House: ¡¡¡YEAHHH!!!
(Suena: Won´t get fooled again – The Who.)

PD: Con esto saldo mis cuentas por los días sin publicar.

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