martes, 5 de octubre de 2010

Cero Kelvin.

Carta de la Serotonina a los Sistemas Nerviosos Centrales.
Queridos hermanos,
Os escribo para proclamar la gran noticia de nuestro dios, Jaco. Éste, en su infinita bondad y amor nos obsequia con el remedio para acabar con el sufrimiento y el dolor que estamos condenados a padecer. Podremos desterrar todo el daño físico y emocional, tele-transportándonos al reino de la inhibición sensorial. Podemos dejarlo todo atrás y llegar a la máxima condición espiritual. Hagamos que nuestra vida transcurra en cámara lenta para poder disfrutar cada instante. Consigamos que nuestros sentidos se confundan, pierdan o mezclen. Exterminemos el estrés que infecta a nuestra sociedad. Salven a sus neuronas del cruel yugo del trabajo diario. Al fin podemos comprobar que ha descendido de los cielos y con tan sólo una dosis tras las comidas pondremos fin a todos nuestros problemas. Alabado sea Jaco, hermanos.

Abracadabra.
La monotonía regía su vida. No tenía descanso, si no era una cosa era otra. El caso era estar todo el día trabajando. El primer día se dedicaba a separar y ordenar, ya que todo se lo traían mezclado y de cualquier manera, pero cumplía el trabajo con destreza y rapidez. Al día siguiente, solía a cortar piezas de una determinada manera. Nunca se equivocaba en su realización. Luego, tenía que realizar costosos trabajos de soldadura, aún así no sufría contratiempos. Más tarde, pintaba cada objeto según le especificaban, soñaba con poder hacer diseños propios aunque sabía que le iba a resultar imposible conseguirlo. Siempre era tranquilo y tenaz en su continua labor, pero de repente sonó una voz solemne. “Un, dos, tres, despierta.” Aquel voluntario del público padecía las ilusiones de aquel hipnotizador de procesos.

El verbo.
Escribir en el ordenador con bolígrafo. Ver imágenes en la radio. Fumar asfalto. Vestirse con la incertidumbre del futuro. Mirar sin ver. Oír sin escuchar. Machacar pensamientos. Golpear a la suerte. Vivir el tiempo. Matar la vida. Leer mentes. Predecir el pasado. Cantar una pintura. Dibujar algo ácido. Comprar limones. Vender el intelecto. Regalar el universo. Mandar un beso. Comer miradas. Beber conversaciones. Limpiar lo inmaculado. Arañar el miedo. Empujar la angustia. Abrazar la amistad. Apuñalar la confianza indiscriminada. Lamer maldiciones. Lanzar la correspondencia. Suprimir las alarmas. Jugar a la guerra. Vulnerar los ideales. Acabar con el final. Irse sin marcharse. Quedarse sin querer. Escribir con sangre. Levitar con alas. Volar sin ellas. Calmar en el agua. Andar en arenas movedizas. Sumar tonterías. Cambiar corazones. Mentir por la noche. Fugarse por la mañana. Vivir en la cama. Soñar con lo perdido. Amar lo no encontrado.

PD: No quiero ni leerlo.


2 comentarios:

  1. Jose ese es tu zapato? Y por qué no quieres leerlo, si está muy bien?

    besos

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  2. No lo leo para no decepcionarme. Por cierto, así es como me encuentro el zapato todas las mañanas.

    Un beso.

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