domingo, 3 de octubre de 2010

Asterisco.

Sueño I
En un flash me encuentro en un coche que recorre lo que parece el muelle de un puerto desconocido. Un barco permanece inmóvil y pegado al filo de aquel precipicio improvisado. El coche se acerca a gran velocidad frente al barco y al llegar a éste se interna en la cubierta con un derrape temerario. Dando media vuelta, el coche sigue su camino por el muelle. Pero al cabo de pocos segundos, una certera maniobra hace que el vehículo vuelva por el camino antes recorrido. De nuevo en dirección al barco, esta vez por la popa. Cuando alcanzó el mismo lugar del derrape, repitió la hazaña. Esta vez algo fue mal, el coche se deslizó sin parar por la cubierta y pronto se quedó desprovisto de ella, cayendo así al mar. El tiempo se espesaba durante la caída y el silencio se apoderó de cada instante. El descenso dio a su fin y chocamos contra el mar. El impacto fue duro y la ansiedad por salir del interior del vehículo se apoderaba de cada uno de nosotros. En el momento que conseguí abrir la puerta, desperté del sueño, desconcertado salvé mi vida una vez más.

Sueño II
Las escenas se suceden pero me es imposible recordarlas. No sé si trabajo en un grupo de sicarios, o somos sólo una pandilla de matones de poca monta. Desconozco la misión y el procedimiento. Recuerdo estar en medio de una conversación, en una habitación bastante amplia con mis compañeros, y es entonces cuando me doy cuenta de que estoy en un sueño. Sabía que estaba atrapado por las cadenas de mi subconsciente, hasta tal punto, que no sabía si esa sensación de engaño e irrealidad era una trampa o una certeza. Todo parecía real, pero de alguna manera pude romper la barrera del sueño. De todas formas sólo me quedaba la resignación, ya que no sabía cómo salir de allí de manera instantánea. Atrapado, mi única opción era esperar, por lo que el plan proseguía, me esforcé inimaginablemente para retener cada detalle en mi memoria. Aunque al final, lo único que permaneció grabado fue la consciencia de estar dentro de un sueño. Maldita sea mi suerte.

El libro de los Autótrofos.
Llegamos al día del advenimiento del ser extraño. Todas éramos iguales y nos comportábamos de la misma manera, así que este día trastornó nuestra percepción y concepción de lo que nos rodeaba. Éramos una comunidad pacífica y auto-productiva. Aunque cada ente era independiente de los demás, se estaban avanzando negociaciones para formar nuevas estructuras más complejas, con las que facilitar el trabajo. Respetábamos el código que regulaba nuestra comunidad, de esa manera evitábamos los problemas entre nosotras. Pero toda esa paz se rompió ese fatídico día. Su procedencia era desconocida, nunca se había odio hablar de ellas, ni rumores, ni siquiera mitos o leyendas, pero llegaron ese maldito día. Los llamados Heterótrofos hicieron acto de presencia. Se hacía llamar tribu de los Fagocitos, irrumpieron en la comunidad y arrasaron con todo. Su misión era la destrucción completa de nuestra humilde comunidad, para poder continuar su senda devastadora. Acabaron con la mayoría de nuestras semejantes, en una carnicería macabra y siniestra. Algunas pudimos escapar, dejando el testimonio de nuestra vivencia. Desde aquel momento la huida era continua. Escapar era nuestro modo de supervivencia. Aún esperamos la salvación del Creador. Alabado sea, hermanas.

PD: Que empiece el show. Perdón por el retraso.

2 comentarios:

  1. Demasiados sueños para una noche y de paso todos moviditos.

    besos

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  2. Menudo pedazo de cacho de personaje xD.

    El de los Autótrofos me encanta, por cierto.

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