domingo, 8 de enero de 2012

Bocanada Neumática.

Merecimiento.
Existe una pieza fundamental que consigue que la mayoría de los principios universales sigan su curso, al menos a lo concerniente a la conducta humana. Los actos de mayor generosidad están regidos, además de la subjetividad de quien los ejerce, por la variabilidad de los puntos de vista que pertenecen a cada individuo. De esta forma, algo que uno puede considerar trivial, a otro puede parecerle un gesto maravilloso. Esto es importante, ya que si para la persona que lo efectúa no es algo costoso sino que es fácil de llevar a cabo y para quien lo recibe es algo tremendamente ilusionante, ambas partes salen ganando. La primera consigue contagiarse de la felicidad provocada con algo que podría repetir tanto como quisiera y la segunda es beneficiaria de tal acción. Esto depende de encontrar unos ojos que sepan valorar los pequeños gestos, a veces hasta insignificantes. También depende de la generosidad con la que puedas ser capaz de realizar esos actos. Quien intenta ilusionar y no tiene éxito, acaba frustrado. Quien quiere ilusionarse y no encuentra con qué, anda por el mismo camino. ¿Y si se encontrasen? Ay, si se encontrasen… A lo mejor ni se verían.

Caso Suprimido.
Se hacía llamar “Nibor Dooh”, y tenía a nuestro detective al borde de la locura. Llevaba siguiéndole la pista durante tanto tiempo que había perdido noción del mismo. Era un vendedor de sueños que se convirtió en la pesadilla del país. De alguna manera consiguió construir una compleja red de la que podía beneficiarse económicamente de manera fraudulenta. Se dedicaba a comprar hipotecas con tasas insostenibles. Luego, las combinaba con otra serie de préstamos, creando un producto financiero que vendía como activos en el mercado. El negocio se encontraba en subir indiscriminadamente el valor de esos activos, vendiendo cada vez más caro un producto que no valía nada. La segunda parte del plan consistía en controlar parte suficiente de las acciones para hacer que su precio se redujera drásticamente al venderlas. El precio no podría mantenerse y el descalabro sería total, ya que el producto creado era defectuoso. No importaba que eso incurriese en el desplome de alguna de las compañías que efectuaban estos despropósitos, ya que ellos no pagarían por haberlas dejado en la ruina. Aquel hombre había creado una organización de personas que se hicieron asquerosamente ricas, a través del sufrimiento y el desconocimiento de la población. Nuestro detective no podía más, el despacho estaba a rebosar de papeles, de esquemas, de planos de situación… Pero era imposible, no conseguía dar con él. Interrogó en entidades financieras, sabiendo que allí encontraría únicamente personas afines a la organización. A pesar de ser así, no le mintieron al decir que allí no le encontraría. Después de aquello, pensó visitar lugares más neutrales en busca de alguna pista que pudiera acercarle hasta su hombre. Visitó multitud de pueblos preguntando en bares y gasolineras. Acumulaba montones de datos que eran esclarecedores de sus fechorías pero ninguno le hacía más próximo. En un intento desesperado dio un paseo por Wall Street, evidentemente, no obtuvo la respuesta deseada. Cansado volvió a casa, donde la soledad esperaba para hacerle compañía. Abrió la puerta del recibidor, dejó el sombrero y la gabardina en la percha, para dirigirse hacia el sofá. Encendió la televisión y se puso a escuchar las noticias del telediario. No prestaba demasiada atención hasta que empezaron a emitir la foto del gobierno. Mientras de fondo sonaba la narración de aquella noticia, el detective exclamó: “Maldición, ahí se encuentran mis hombres”.



PD: Partiendo la centena, lo poco que ha durado...

7 comentarios:

  1. Yo creo que, como querer, todos queremos ilusionarnos. Es algo bueno que nos hace felices por momentos. ¿Quién no quiere algo así? La cosa está en saber encontrar esa ilusión. Saber encontrarla uno mismo, en las cosas que nos rodean y saber encontrarla para los demás. Que no siempre es fácil. Bien porque no conocemos a esa persona del todo bien y no sabemos qué cosas le hacen verdadera ilusión o bien porque, a veces, aunque conozcamos sus gustos, simplemente no somos "esa persona" de la que lo espera. Las personas nos tomamos las cosas de forma diferente dependiendo de quienes vengan, así en general. Si un compañero de trabajo te insulta, te resbala, ahora bien si alguien de tu familia o algún amigo cercano te dice lo mismo que te dijo aquel que no te importaba un bledo... anda que no te duele...

    Idem con todo. Con palabras, con regalos, detalles, situaciones... y no te digo ya si lo que sea viene del chico que te gusta... eso sí que te hace ilusión sobre todas las cosas. Aunque sea una mierda pinchá en un palo jajaja, pero seguro que es la mejor mierda que podrían haberte regalado en la vida jajaja. Por la sencilla razón de que viene de él. Así de relativo es todo en esta vida. Y así de tontos somos los humanos...

    Con que esos hombres sin escrúpulos estaban en el Gobierno ¿no?. No te digo na... jeje. Tan sólo como diría Quico el del Chavo: ¿Qué (me) habrá querido decir?. Pues eso, ¿qué habrás querido decir con este texto? xD

    Besitos

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo. Si como algunos dicen, la verdadera felicidad no se encuentra en la consecución de un acto provechoso sino que está en el camino recorrido hasta esa consecución, eso quiere decir que la verdadera felicidad se encuentra en la ilusión. Por lo tanto, dando por hecho que todo el mundo quiere ser feliz, eso querrá decir que "todos queremos ilusionarnos".

    Esa es la tarea, intentar ilusionarte con lo que está a tu alcance e intentar ilusionar a los demás. Evidentemente no podrás de ser capaz de hacerlo con todo el mundo. De hecho, es posible que ni seas capaz de hacerlo con quienes crees que lo merecen. Pero no creo que sea excusa para no intentarlo.

    Todo guarda un extraño equilibrio. Los buenos o malos actos de quien no te importan caen en saco roto. De igual manera un detalle de alguien que quieres lo tomas como lo más maravilloso y un agravio como lo más deleznable. Pero bueno, también es labor de cada uno valorar cada cosa como estime oportuno. Hay quien justifica los agravios de un ser querido, precisamente porque le quieres.

    Por eso siempre digo que los detalles deben ser incondicionales y quien los recibe es quien tiene el deber de valorarlos como crea conveniente. Se pueden hacer cosas maravillosas, objetivamente hablando, pero no tendrán ninguna transcendencia real si no llegan a ser subjetivamente maravillosas.

    Lamentablemente, lo que he hecho ha sido describir la realidad en un texto de ficción.

    ResponderEliminar
  3. Pienso como "Yo" los gestos positivos o negativos dependen de quien venga, y lo mismo si viene una persona que queremos mucho y es generoso con un gesto nos ilusiona más, que si proviene de alguien que no sentimos nada. Es así, pero, de todas formas, por poco que uno sienta, si una persona tiene un detalle, aunque sea una sonrisa o un gesto amable, se valora.
    Pero es una pena, que no por todo el mundo lo valore igual, puesto que a mi me encanta que me saluden, se acerquen, hablen conmigo, pero no a todo el mundo le apetece que tú te acerques, entonces es eso, es más, yo estoy segura que hay gente que tiene mucha amargura, porque desprecian a los demás, o no saben valorar.

    Besitos :)

    ResponderEliminar
  4. Pues sí, así anda el mundo y este texto me ha recordado a una noticia muy fuerte que se ha dado últimamente, pero bueno prefiero no comentarla porque me pone de mal humor, muy bien redactado, si señor. Felicitaciones.

    ResponderEliminar
  5. ¡¡¡!!!!

    ¡El "con que" es junto! :S

    ResponderEliminar
  6. Junto o separado, te he entendido igual ;)

    Tampoco pasa nada, con la veces que meto la pata ortográfica...

    Besitos ;*

    ResponderEliminar
  7. Vick: Os da la razón la cita del día:
    "Un amigo es con quien se puede no hacer nada y disfrutar de ello".
    Anónimo

    Hasta qué punto llega la cosa... y es cierto. La amistad en su máximo grado es eso. Lo único importante es estar y nada más.

    Eso que dices que es una pena es gracioso. Visto desde tu punto de vista es así, pero desde el punto de vista de quien actúa así, es lo correcto. Todo es relativo... por eso discutir sobre puntos de vista es un camino sin salida.

    Si te vas a enfadar, pues no pasa nada. Pero me has dejado con la intriga de la noticia...

    Besitos ;)

    ResponderEliminar