jueves, 10 de marzo de 2011

Lo que nunca debía haber escrito.

Barrotes de aire.
La vida le había dejado ejemplos marcados a hierro candente en su memoria y le era imposible ignorarlo. Las constantes equivocaciones generaban un incremento de sus dudas. Nunca había sabido cómo actuar en las distintas situaciones que le presentaba la vida y cuando encontraba la respuesta siempre era tarde. Dejó caer en el olvido las caras que se separaban de él por enormes distancias que no podía manejar, porque pensaba que así el daño sería menor. Qué gran equivocación, cuantas lágrimas derramó y derramaría por haber perdido algo que entonces no quiso saber y que en el fondo era tan importante para él. Sus razones tenía, pero ya no servían de alivio, ni servirían. El volver a empezar se había convertido en algo cotidiano, aunque igual de difícil, siempre le sería difícil. Todo porque pretendía volver a vivir su vida, una ilusión estúpida que se reflejaba en un frío espejo en el que estaba atrapado sin poder controlar nada. Intentaba salir del abismo del que se precipitó conscientemente, pero era tarde y lo sabía. Ya no podría recuperar lo que dejó que perderse. Y se tuvo que acostumbrar a vivir la vida de otra persona, de un personaje creado, de una pueril fantasía, para no sentirse un fracasado. Al que nada le importa, una estatua de piedra sobre la que todo rebota y con el interior roto en mil pedazos, aunque la carcasa siguiera resistiendo. Por eso prefería insultarse para conseguir que nada le hiciera daño. Llegar a ser invulnerable. Con pésimos resultados porque seguía sin poder aguantar que las verdades que él se decía salieran de otra boca. Y por dentro muerto y enterrado, esperando por un momento que le dejara salir apenas unos segundos para disfrutar de libertad. Para poder taparse los ojos inquisidores y dejarse llevar. Para que fuera su corazón el que hablase. Ése mismo que está censurado desde la eternidad. Y no preocuparse por nada porque, realmente, en ese momento no habría nada más importante de lo que preocuparse, salvo a lo que estaría prestando su atención. Pero no era capaz de generar ese momento, él mismo lo impedía. En ese foso, encadenado de pies y manos. No puede soportar la idea de que ocurra y se conforma con leves pinceladas. Y a lo mejor puede salir en una mirada, o en una frase, o en un gesto. Pero se volvía a esconder inmediatamente. Aún así se equivocaba. Y cuando creía que por fin podía ser libre, un cruel “déjà vu” le frenaba, diciéndole que aún no era posible. Esta vez no sería sólo por su culpa, sino porque las causas externas a él le advertían que aún no era el momento. Ademanes que no pasaban desapercibidos y rutinas constantes de las que no tenía constancia pero que con su insistencia se convertían en duros argumentos en su contra. No quería tener que luchar contra todos esos obstáculos y de hecho no podía. Porque ya no era él quien jugaba la partida. Y todavía seguía mintiéndose porque de lo contrario sería su final. Aún le quedaba algo de esperanza. La que hacía que siguiera escuchando para encontrar algo con lo que estar de acuerdo. La que hacía que siguiera mirando para poder encontrar nuevas caras amigas. La que hacía que siguiera hablando para encontrar a alguien que quisiera escucharle. La que, en definitiva, hacía que siguiera soñando con poder encontrar a alguien con el/la que perder su tiempo. Y mientras yo le digo: “Sigue buscando, muchacho”.




Mazinger Z.
Los puntos de vista son millares de caminos que dictan unas pautas de conducta y de pensamiento para cada persona. El problema está en saber diferenciar. Y aquí nos encontramos con el problema del respeto. Hay una serie de pautas innegables recogidas en numerosas ordenanzas, leyes, decretos o declaraciones, que determinan una serie de derechos que no deberían de ser vulnerados. Digo deberían porque la realidad muestra la manera en la que cada día este precepto no se cumple. Y marca, por decirlo de alguna manera, un mínimo social. Esto no debería poder ser discutido y garantizar un nivel de respeto mínimo e innegable. Luego están todas las demás cuestiones o ideas que podamos tener que en ningún caso deberían (vuelvo a repetir) ir en contra de lo anteriormente estipulado. ¿Dónde reside el respeto, entonces, en este siguiente paso? Evidentemente, en la tolerancia. Una palabra que suena de dulce pero que, a la hora de la verdad, se entiende poco o nada. Tolerancia significa aceptar que otro piense algo distinto de lo que yo pienso, que no quiere decir que haya que estar de acuerdo con eso. Y aceptarlo de una manera natural con diálogo y entendimiento, más o menos apasionado según sea el caso, pero sin tener que llegar a la violencia, ya sea verbal o física. Esto que expresado de manera sencilla es tremendamente complicado. Cada uno se deja llevar por sus pasiones sin tener en cuenta que el que está en frente tiene las suyas propias y peleará por ellas de la misma manera. Y esto nos supone un problema, la rivalidad entre las ideas. Y hacemos y nos hacen creer que hay una forma de pensar buena y correcta y otra que no lo es. La que se impone en la sociedad es la buena y correcta. Todo lo demás, pasa a ser negativo, distinto en el sentido más hiriente y vejatorio de la palabra. Es así como nacen los conceptos de normalidad que son niveles preestablecidos a los que debemos aspirar porque es ahí donde reside la perfección. Lo distinto es raro, desconocido, temeroso y totalmente rechazable. Y por si fuera poco, condenable. ¿Dónde está ese respeto y tolerancia del que hablaba para quien es distinto? En muchos casos, no existe, no lo podemos encontrar. Esto da fragilidad a la sociedad que las hace temerosas de lo que no conocen. Sin saber si es bueno o malo. Tienen miedo por desconocimiento y de ese miedo se aprovechan muchos para manipularnos. Esa utilización de nuestros temores, temores muchas veces impuestos como he intentado expresar, para el provecho propio es el peor crimen que se puede cometer porque justamente infringe aquello que hemos dicho que es o debería ser innegable. Pero nuestro desconocimiento, por una parte, y el miedo, por otra, nos hacen que permitamos que hagan con nosotros lo que se les antoje.




El fuego de su vida.
El alma se prende con fuego. Un fuego que la consume. Las cenizas se las lleva un viento con nombre y apellidos que le despoja de esos polvorientos pedazos de su ser. Sus ojos se transforman en devoradores de miradas huidizas que es incapaz de atrapar. Un corazón averiado que ahora se enamoraba de una forma de caminar, que controla la sístole del flujo de su sangre. Que ahora se enamoraba de una forma de hablar que con palabras embrujaba sus sentidos hasta la mudez. Que ahora se enamoraba de una pose estática y etérea que sedimentaba en su memoria. Y en un segundo arrancaba esa llama que se despega de la carne dejando las quemaduras desnudas ante la adversidad del ambiente. El dolor se apodera del protagonismo y la consciencia se oculta para poder desviar la atención. El corazón, ahora, cerrado por obras, enciende el contestador para que dejen los mensajes. Ya los oirá en otra ocasión. Atender las llamadas se le antoja imposible en este momento. Las lágrimas, del destierro de sus ojos, apagaban las heridas aún calientes y le arrastraban a la oscuridad más profunda. Y mezclándose las lágrimas con la piel de su alma, ésta cicatrizaba bajo la tutela del tiempo. Retumbarán en su cabeza los vestigios del pasado, los ecos que le obsequian con el miedo al amor. Voces que se alzan y que claman el conjuro de su parálisis sensorial. Y que transforma en hielo la sangre que una vez corrió por sus venas. Y le despoja de su alma y con ella de su consciencia. Y se convierte en un contenedor vacío que se llena del desperdicio de sus lamentos y quejidos. Ya no prende llama alguna, reniega de cualquier signo de su existencia, pasada o futura. Ya nada importa. Todo es trivial cuando la única razón por la que merece seguir viviendo desaparece sin más. Y aún así, aguanta por otras razones mientras busca la razón que le permita seguir viviendo y que le ayuda a amar la vida, su vida.




PD: Sin comentarios...

7 comentarios:

  1. Madre mía, madre mía qué tres textos más largos pa lo que me tienes acostumbrada... jeje.

    Yo que venía pensando: entro a darle las buenas noches y le leo en un momento jajaja. Va a ser que te voy a dejar las buenas noches y mañana cuando venga del curro te leo en condiciones ¿eh? jajaja. Tú me perdonas ¿no? Es que es tarde y quiero recoger un poco el cuarto antes de acostarme. Que mi madre lleva diciéndomelo todo el día... No está la cosa como para que mañana se levante y lo encuentre igual... Así que me voy a poner a ello en un momento y a momí, que tengo ya un sueño... (de hecho me acabo de despertar hace na y menos, que me he vuelto a quedar sopa en el sofá jajaja)

    En fin, besitos de galletas con canela y onzas de chocolate ^^

    Buenas noches, dulces sueños. Hasta mañana ^^

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  2. Se me fue la mano, nunca mejor dicho, jajaja. Y mira que siempre intento concentrarlo todo, pero no hubo manera >.<

    Ains, jajaja. Te perdonaré cuando haya algo por lo que perdonarte, así que hasta que no llegue el momento no tiene sentido. Claro, tienes que recoger, ya no porque se enfade, sino porque todo está mejor ordenadito, jajaja (soy un tirano del orden >.<).

    Buah, qué rico. Yo sigo con mis yogures raros, jajaja.

    Buenos más besos de yogur ^^

    Que descanses y hasta mañana.

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  3. Bueno, vayamos al turrón. El primero... qué decir... Se me antoja muy duro y triste. Pero supongo que en mayor o menor medida todos nos hemos sentido un poco así. Atrapados en el recuerdo de algo que nos limita, que nos hace sentir que una vez nos fue mal, no fuimos lo suficientemente "válidos" o... a saber... Porque a veces ese recuerdo pasado que determina, de alguna manera, tu actitud futura ni siquiera es algo concreto que puedas decir esto o aquello. Sabes que esto pasó, pero no sabes por qué, ni cómo llegásteis ahí...

    Supongo que sí, que será cuestión de lo que dices. Ya no de seguir buscando, pero sí de seguir adelante.

    Con el segundo estoy totalmente de acuerdo. Poco más que añadir.

    Y bueno... el tercero... es bonito y triste a la vez. Como casi todo lo que te leo. Recuerdos del pasado, dolor... miedo de nuevo. Una amiga decía y, la verdad, cada vez estoy más de acuerdo con ella, que prefería estar sola. Que así estaba bien. Que, tal vez, puede que no fuera todo lo feliz que podría llegar a ser en otras circunstancias pero que, por lo menos, no sufría. Y es un poco así. O al menos en mi caso. A veces pienso que no me compensa querer. Por muy bien que estuviera, siempre, siempre, el tiempo que paso mal después es mucho mayor del que en su día pasé bien. Y no me salen las cuentas. Para tres o cuatro meses de mierda te llevas extrañando durante años... Pues para eso... Mejor te lo ahorras y así no hay nada que lamentar, ni añorar, ni extrañar durante todo lo que te quede de vida.

    Hala. Estamos alegres hoy jajajajajaja

    Besitos de yogur natural (con azúcar, que si no está feooo :D)

    Y te voy a ir dejando las buenas noches, creo yo. Porque ayer me acosté tardecillo mientras terminaba de recoger y una cosa y otra y me está entrando sueño, pa variar... Así que nada, buenas noches. Que descanses y duermas bien. Hasta mañana. Más besitos ^^

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  4. Me he equivocado en cosas que me importaban, pero que ese momento no supe verlo, o mejor dicho, había otras que priorizaba y que por eso me tuve que equivocar. Es un poco complicado, ya te lo contaré cuando esté preparado... (que no es que no te lo quiera contar, sino que me cuesta).

    Hay que seguir buscando, es de lo poco que estoy convenido. Si no voy a buscar mi felicidad, ¿qué otra cosa me queda por hacer? Yo no voy a bajar los brazos porque me venga el pasado a recordarme que he fracasado. No sé, es mi opinión, o mi forma de verlo.

    Me gusta el segundo texto, lo he leído y no me parece que lo haya escrito yo, jajaja. Me gusta que estés de acuerdo, porque creo firmemente que expresa una forma de actuar correcta. Ains, de vez en cuando me sorprendo, no sabía yo que me podía pasar, jajaja. Aunque está mal que yo lo diga, pero bueno, creo que está bien escrito, no siempre me voy a echar por tierra, supongo...

    Creo que no lo he pasado mal tantas veces como para llegar a decir eso, o que me resisto a pensarlo. Pero vamos como me pasen más cosas feas, con lo que me gusta machacarme, voy a acabar conmigo yo solo. Ains, yo soy pesimista casi siempre, pero suelo guardar un poquito de esperanza y mira que me gusta ponerlo todo negro para no ver nada más que lo malo. Pero bueno... no soy muy buen ejemplo, así que voy a dejar de intentarlo, jajajaja.

    Que no, que no. Es como tú dices, hay que quedarse con lo bueno y dejar a un lado lo malo. Al final me voy a arrepentir de escribir esas cosas, jo. No hay que bajar los brazos, no te dejo, jajaja. Así que a por el Mario Casas, agrégalo, jajaja (igual estoy haciendo el pamplinas intentando tomarme a broma algo tan serio, pero bueno... no me lo tengas en cuenta, hay que animarse y punto, madre mía, y lo dice el campeón de la moral por los suelos, madre mía).

    Besos de azúcar, poquita que sino pican los dientes :P

    Que descanses y sueñes cosas bonitas.

    Hasta hoy, casi, jajaja.

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  5. Me voy a continuar durmiendo (ahora en la cama, jeje). Buenas noches, dulces sueños.

    Muchos besitos ^^

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  6. Me ha encantado, son tantos conceptos y sentimientos a la vez, que lo has sabido analizar y encontrar las frases exactaS para poder describirlo en pocas frases, en relación a todo lo que expones.

    Sentirnos derrumbandos, apáticos, sin estímulo que la vida trascurra como ajena a nosotros, lo hemos sentido todos alguna vez.

    Me encanta como escribes, enhorabuena.

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  7. Gracias ^^ pero no creo que sea para tanto. Aunque a decir verdad, he de reconocer que pese a lo derrotista, es de mis mejores entradas, seguramente, no tengo muchas así, jajaja (que me gusten, vamos).

    Huy, eso de frases exactas me suena muy exagerao, jajaja. Que lo he vuelto a leer y me ha pegao como un bofetón al leerlo, jajaja.

    Mm, pues vaya, muchas gracias. Es bueno saber que lo que uno escribe gusta. Muchas gracias por pasarte y dejar constancia de ello.

    Un saludo ^^

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