domingo, 20 de marzo de 2011

Moho Pasiens

Lúcido y Trémulo.
Lúcido: Dichosos los ojos, amigo.
Trémulo: Ah, hola. ¿Qué tal?
Lúcido: De maravilla, como siempre. ¿Es que no me ves?
Trémulo: Sí, bueno. Pero me gusta preg…
Lúcido: No le des tantas vueltas. ¿Cómo estás?
Trémulo: Pues estoy, que no es…
Lúcido: Claro que sí, estás hecho un fenómeno.
Trémulo: Bueno, tampoco es pa…
Lúcido: Que sí, chaval. Siempre ahí sin preocupaciones, siempre sereno.
Trémulo: Pues la verdad es que tengo bastantes preocupaciones.
Lúcido: Vaya, muchacho. Nadie lo diría.
Trémulo: Ya, bueno. Es que no me gusta ir…
Lúcido: Bah, chorradas. Hay que soltarlo todo para quedarse tranquilo.
Trémulo: Ya, bueno. Pero la gente tiene ya bastantes problemas como para…
Lúcido: Tonterías, amigo. Lo que yo te diga, coges al primero que pase, le usas de pañuelo y después tan contento.
Trémulo: De todas formas dudo que a alguien le interese…
Lúcido: Eso es lo de menos, piltrafa. No pienses en lo que le pueda interesar a los demás, piensa en lo mejor para ti. Consigue todo el beneficio posible.
Trémulo: No me veo capaz. Es mi forma de pensar.
Lúcido: Déjate de pamplinas. Entonces, ¿cuál es tu solución? No hacer nada y quedarte ahí dándole vueltas a mil y una gilipolleces hasta darte cuenta que no tienen solución porque eres un fracaso.
Trémulo: Mm, básicamente.
Lúcido: Crear una bola de tristeza y amargura que arrastres profundamente al fondo para así conseguir ignorarlo. Y castigarte por lo que crees que haces mal. Así no arreglas nada. El problema sigue ahí, encadenado.
Trémulo: Bueno, pero es mi problema. No puedo pretender que nadie más cargue con él.
Lúcido: Claro, lo mejor es la auto-destrucción.
Trémulo: Yo lo llamo afrontar la realidad.
Lúcido: Tú no afrontas una mierda. Eres un cobarde, que busca esconder sus problemas.
Trémulo: Puede ser.
Lúcido: Ponle fin, muchacho.
Trémulo: Me da miedo.
Lúcido: ¿Y qué? ¿Es mejor seguir esperando?
Trémulo: No puedo esperar por algo que no quiero que suceda.
Lúcido: Mientes, tu deseo más grande es que así suceda, pero tu cobardía te impide dar el paso.
Trémulo: Bueno, pero no me pueden obligar.
Lúcido: Pero te gustaría.
Trémulo: …
Lúcido: El que calla, otorga.
Trémulo: Déjame en paz, gilipollas.
Lúcido: Ahora el paso siguiente. Intentar que te deje por imposible y me vaya. Pues me parece que hoy has tenido mala suerte.
Trémulo: No es necesario que hagas esto.
Lúcido: Creo que sí.
Trémulo: No me puedes ayudar.
Lúcido: Si no me dejas intentarlo, está claro que no. Pero aún así no te creas que pretendo compartir tu carga, lo que quiero es que tires parte de ella.
Trémulo: No entiendo para qué haces esto.
Lúcido: Ni que tuviera que haber un motivo. De todas formas, tienes que aprender a ver lo bueno que tienes y no centrarte en tus imaginaciones sobre lo que haces mal. Así podrás potenciar tus cualidades.
Trémulo: Hay veces en las que tus cualidades y todo lo bueno que tienes para ofrecer no es suficiente. No es suficiente porque lo negativo siempre pesa más, es más importante y es capaz de enmascarar todas esas cosas buenas, dejándolas en insignificantes. Entonces para qué esforzarme si no tengo manera de superar los defectos.
Lúcido: Eso es lo que tú crees. Pero esos defectos que consideras tan grandes, seguramente no son tan así.
Trémulo: Para mí son importantes.
Lúcido: Pero puede que para los demás no sea así.
Trémulo: Si yo no los tolero cómo puedo pretender que otro lo haga.
Lúcido: Pues porque otra persona no piensa de la misma manera.
Trémulo: Me da igual.
Lúcido: Claro, la negación es la manera de arreglar las cosas.
Trémulo: Contarte cualquier cosa significa compartir contigo mis miedos y cosas que me hacen daño. No puedo hacerlo, sería vulnerable. No tengo la seguridad de que conociendo eso, no lo uses para hacerme más daño, o que te burles de mis preocupaciones o…
Lúcido: Ni vas a tener esa seguridad nunca. Pero si no lo pones a prueba, nunca lo sabrás.
Trémulo: Me da miedo, prefiero seguir así. Así puedo aparentar ser fuerte.
Lúcido: Pero no lo eres.
Trémulo: Eso es lo de menos.
Lúcido: Como quieras.
Trémulo: Por fin, otra victoria.
Lúcido: ¿Para ti perder es una victoria?
Trémulo: Ya no me acuerdo de qué es ganar.
Lúcido: Pues lo siento mucho, amigo.
Trémulo: Bah, no es para tanto…
Lúcido: Bueno, pues ya nos veremos, muchacho.
Trémulo: Creo que ya va a ser imposible.
Lúcido: Bueno, pero eso a ti no te importa, ¿verdad?
Trémulo: Claro, no me importa. No me importa…

Por la mañana...
Escribía de día, no solía hacerlo, pero la luz daba claridad a sus ideas. La noche le cansaba después del transcurso de las horas desde su despertar. Estaba empeñado en que los días acabaran antes, porque todo era un desastre. Ya no se preguntaba por qué razón todo le salía al revés, dejaba pasar las horas, esperando por la noche que era una excusa para poner el punto final a otro fracaso. Ahora se refugiaba en la claridad, intentando encontrar alguna distracción que le mantuviera la mente ocupada de sus preocupaciones. Necesitaba alejarse de sí mismo, difícil tarea cuando se tiene pegado a todas horas. Miraba al Sol directamente para que su destello borrara todas las imágenes dolorosas del pasado, limpiando así los recuerdos que cubrían su retina. Tapaba sus oídos con música, para ensordecer los gritos desesperados de su cerebro, dejándolos en un mero murmullo, sin importancia. Bajó a desayunar un tazón de cereales que mantenía ocupado su sentido del gusto. Y el olfato se centraba en captar el frescor de aquella mañana. Todo era perfecto, todo estaba tranquilo. Los problemas no existían, se habían evaporado. Poco a poco irían precipitando hasta llegar a la noche, pero ahora mismo eso no importaba. Lo importante era disfrutar de aquel pequeño momento de paz e intentar que durara lo máximo posible.





PD: Pues eso...

3 comentarios:

  1. Escribía de día, es bonito.....es cierto que hay veces que necesitamos escribir por la noche para evadirnos del día de los problemas, es como una desconexión, te metes en tu blog, y sientes que las palabras fluyen de la fantasía, y olvidas las pesadumbres. Pero por la mañana, ver el sol, respirar la paz por ejemplo un sábado por la mañana es genial y da mucha paz.

    Preciosa entrada

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  2. La mayoría de mis textos son nocturnos y algunos a horas bastante avanzadas... jajaja.

    Pero de vez en cuando hay que escribir por la mañana.

    Me alegro de que te guste.

    Besos.

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  3. Mira me he reido mucho la primera parte que no deja terminar las palabras ni la frase, porque es cierto que hay gente que no te deja ni hablar, vas a decir algo y ellos con su rollo y me ha recordado a eso porque cuando veo a esas personas, mira me parto y ya paso, jaja, no digo na de na, y que se monten su propio rollo ellos mismos jaja.

    Qué verdad es, cuando lo malo supera a lo bueno, es que nos pasa a todos, vemos nuestros defectos inmensos y nuestras virtudes pequeñitas, bueno a todos no, sólo a los que somos exigentes con nosotros mismos, y claro que nos castigamos, eso es lo peor, creo yo.

    Cuando no queremos compartir un problema con alguien para que no cargue, eso también lo hacemos.

    Joo, no tiene desperdicio el diálogo,
    Falta de seguridad....
    Centrarnos en nuestras cargas....

    Pero digo yo...como dice mi hermana Inma que es Psicóloga hay que compartir, no podemos guardarnos las cosas es peor.

    Me ha encantado.

    Besikos!!!!

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