viernes, 12 de agosto de 2011

Perseguid a la acusación.

Un viento molesto soplaba en el exterior de los juzgados, que parecía vaticinar un resultado incierto. El abogado repasaba mentalmente las bases de su alegato final, mientras, escuchaba con vaga atención los argumentos acusadores del fiscal que no buscaban otra cosa que el veredicto de culpabilidad para su cliente. Su cliente era nada menos que su peor enemigo, el fiscal jefe Dalton. Sin duda era el caso más difícil al que se había enfrentado a su vida. El señor Dalton estaba siendo acusado de matar al hermano de su defensa, el también abogado Michael Crane. Robert era el hermano pequeño, siempre bajo la sombra de la estrella de su hermano. Las batallas entre su hermano y el señor Dalton eran memorables. La fama de su hermano llegó cuando fue capaz de ganarle varios casos al “intratable Dalton. Así le llamaban, porque nunca llegaba a pactar tratos con los abogados, ya que siempre era capaz de obtener las mayores condenas. El fiscal Kenton estaba acabando su intervención. Robert tomó tembloroso su vaso y bebió una pizca de agua antes de incorporarse para comenzar su discurso.
- Señoría, portavoz del jurado, damas y caballeros del jurado – comenzó protocolariamente- como ya saben soy Robert Crane, el abogado defensor del acusado, el fiscal jefe James Dalton. Hoy están siendo testigos de algo totalmente inusual, dos fuerzas completamente opuestas luchando por un mismo propósito. Por un lado tenemos a mi cliente, acusado de asesinato. Un hombre inquebrantable que hace cumplir la ley hasta sus últimas consecuencias. Por el otro estoy yo, hermano de la víctima. Defensor acérrimo de mi deber, proteger y preservar la inocencia de mis clientes. En este día podemos ver como el honorable James Dalton se ha pasado al bando contrario para poder luchar por sus propios intereses. En su contra está todo el poder del Estado, representado por el fiscal Kenton. ¿Quién le iba a decir a señor Dalton que lo que él representaba con firmeza se volvería un día en su contra? Parece hasta irónico, ¿verdad? Pero ése no es el caso que nos ocupa. Lo que queremos saber aquí, es si ese hombre cometió el crimen del que se le acusa. Somos partícipes del desfile de pruebas que han pasado ante nuestros ojos y los numerosos testimonios de los testigos que hemos sido capaces de oír. La conclusión de toda esa parafernalia quedó clara en aquel momento. Las teorías de la acusación fueron meticulosamente desmontadas, debido a la obvia contradicción que establecían las pruebas de que disponemos. Pero eso ustedes ya lo saben. Así que hablemos de lo que no conocen. Seguro que no pueden parar de hacerse una pregunta ¿por qué yo? ¿Por qué yo presto mi ayuda al presunto asesino de mi hermano? La respuesta es evidente y perdónenme que se la conteste con otra pregunta, ¿qué interés puedo tener en defender a esa persona? La respuesta es ninguno, a no ser que sea inocente. Ahí está la cuestión, ¿por qué iba a defender al fiscal sin creer que es inocente? Porque de lo contrario podría haber rehusado de tal obligación y en cambio, aquí estoy. Justicia para todos, esa es nuestra consigna. ¿Acaso mi interés por ganar este caso podría superar el esclarecimiento de lo ocurrido con mi hermano? Creo que me sobran motivos para demostrar la inocencia de mi cliente, maldita sea, hasta me hubiera sentado en el estrado para corroborar mis palabras si hubiera sido posible. Pero por otro lado, ¿qué motivación tiene la acusación más que la de ganar? No les pediré un veredicto favorable para mi cliente, porque de todas formas ya he salido perdiendo. Eso es todo, he acabado mi intervención, señoría.
- Muchas gracias, abogado. Bien, el jurado tiene un cuarto de hora para deliberar, después de que transcurra ese periodo de tiempo se reanudará la sesión – concluyó el juez dando un par de golpes con su mazo – Se levanta la sesión. Señor Crane y señor Kenton, vengan a mi despacho, por favor.
Los tres se reunieron en el despacho del juez. El silencio se mantuvo durante un instante interminable. El juez Johnson tomó la palabra.
- Robert, ya sabes que fui buen amigo de tu hermano. Sinceramente, Michael se avergonzaría de ti en este momento – afirmó el juez con frialdad.
- Por favor, Crane. Nadie sería capaz de creerse el rollo que has soltado – dijo el señor Kenton.
- Tu hermano nunca hubiese tomado el caso de un hombre culpable. Es cierto que no hay ninguna prueba concluyente contra Dalton, pero está metido en mierda hasta el cuello – añadió el juez.
- Lo sé, pero ese hombre sabía que su única posibilidad de ser declarado inocente pasaba por que le defendiera – dijo Robert con tono preocupado.
- Entonces, ¿por qué diablos aceptaste defenderle? – preguntó Kenton.
- Porque era mi única posibilidad para pasar desapercibido – contestó Robert.
- Explícate – exigía el juez.
- Mi hermano persiguió a esa rata sin descanso, él sabía que no jugaba limpio. Finalmente consiguió descubrirlo, el fiscal jefe Dalton falsificó pruebas en multitud de casos. Después de recopilar montañas de información, por fin tenía pruebas con las que inculparle. Pero el fiscal debió darse cuenta y acabó con él. Pues bien, esas pruebas son las mismas que ahora arrojo sobre su mesa – respondió Robert contundentemente.
- ¿Y qué quieres que haga ahora con esto? Ese hombre será declarado inocente por tu culpa y no se le podrá volver a juzgar por el mismo crimen – le reprendió el juez.
- Por eso les necesito a ustedes. Sé que Kenton quiere a ese hombre bajo sombra para allanar el terreno en su candidatura a la jefatura de la fiscalía. Y usted señor juez, su posición se vería reforzada si consigue inculpar a ese hombre – les explicó Robert.
- ¿Qué propones? – preguntó Kenton con cierto interés.
- Que presentes un recurso extraordinario de invalidación en contra de la sentencia y que el juez lo ratifique. Después de eso ordenad su arresto, quiero que sea acusado y condenado tanto por el asesinato de mi hermano como por la falsificación de pruebas – finalizó Robert.
- Así se hará, por la memoria de tu hermano. ¿Conforme señor Kenton?
- Por supuesto.
Pasaron los quince minutos. El jurado volvió a la cámara, así como la gente que había acudido al juicio. Aquellos tres hombres se sentaron en sus respectivos asientos. El espectáculo estaba a punto de comenzar.
- Se reanuda la sesión – empezó el juez – Portavoz, ¿ha tomado el jurado una decisión?
- Sí, su señoría. En el caso del Estado contra Dalton el jurado encuentra al acusado, el señor John Dalton, inocente – concluyó el portavoz.
- Bien, el señor Dalton quedará pues en libertad, exento de cualquier sospecha. Doy por cerrada la sesión – finalizó el juez dando otro par de golpes con su mazo.
En la sala se creó un pequeño revuelo que se mezclaba con ruido que hacía la gente al marcharse. En aquel momento, abogado y cliente intercambiaron unas palabras.
- Buen trabajo, muchacho. Sabía que podía contar con usted.
- No me lo agradezca, señor. Si me lo permite, me marcharé para no estropear su momento. Disfrútelo – dijo Robert abandonando la sala.
Las felicitaciones en torno al señor Dalton eran innumerables, cuando de pronto.
- Señor Dalton, queda detenido por falsificación de pruebas. Me abstendré de leerle sus derechos – dijo un guardia.
- Maldito seas, Robert Crane. Esto no quedará así, te lo prometo – gritaba el viejo fiscal.
Desde el fondo de la sala, Robert sacó fuerzas para decir unas últimas palabras a su enemigo.
- ¿Hacemos un trato? ¿Qué me dice señor fiscal?




PD: Madre mía, vaya tocho. Bueno, a ver qué tal.

10 comentarios:

  1. Buah, te llevaste hasta las 3 y pico pero joder... vaya si ha merecido la pena. Está muy bien escrito y descrito. Es muy visual. Era como si estuviera viendo una peli americana :D

    Me he quedado flipada con lo de "un recurso extraordinario de invalidación en contra de la sentencia". Arsa. Cualquiera hubiese dicho que estudias derecho en lugar de ingeniería química... Y ¿sabes? me ha hecho mucha gracia encontrar en el texto la alusión al non bis in idem. Recordaba vagamente haberlo estudiao en su día en derecho civil, pero no me acordaba de que también tuviera aplicación en Estados Unidos. Y mira sí, leo en la wiki que está reconocido como derecho fundamental en la Constitución.

    Chapó

    Sin nada más que añadir. Me ha encantado.

    Un beso de pudding de chocolate ^^

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  2. Y eso que alguien me dijo que no me acostara tarde... pero estaba tan metido en la historia que no podía dejarla a medias.

    Jo, pues gracias. La verdad es que no sabía si me había quedado bien. Bueno, más que bien, creíble... Pero vamos, tampoco diría que es como estar viendo una peli.

    La verdad es que me sonaba que algo así existía y lo busqué, me tuve que documentar un poco, jajaja. Bueno, la cosa es que ambos argumentos iban ligados para que quedará bien. Yo qué sé, será que como me he tragado muchas películas y series de abogados, algo se me ha quedado, pero vaya, que es más "peliculero" en ese sentido que real.

    Uff, gracias. Me alegro de que te haya gustado.

    Mm, pudding de chocolate. Con lo que me gusta a mí el chocolate... :*

    Besos de estómago vacío, jajaja ^^

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  3. Quién sería ese alguien que casi te corta la inspiración... xD

    Pues a mí sí que me ha resultado muy visual, la verdad.

    Jeje anda que... ponerte a buscar principios fundamentales de derecho a las tantas de la mañana... jajaja. Ya te vale... jajaja. Pero bueno, he aquí un magnífico resultado :)

    De nada. Y claro que me ha gustado :)

    Síiiii. Ahí queda todavía. Lo hizo mi padre la semana pasada y aún no se ha terminao... Y no es que esté feo, pero como es una cosa que harta pues... De vez en cuando vamos picoteando cachitos pequeños y así no hay manera...

    Besos de melón fresquito ;)

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  4. Si la cosa es que me lo decía por mi bien... pero como uno es un poco cabezota, pues nada.

    Puede ser, mientras que lo escribía sentía que estaba allí también. Me pasa a veces y al acabar es un poco frustrante, pero bueno es como vivir una aventura un ratito, jajaja.

    Tampoco tuve que buscar mucho, en cuanto leí que lo que estaba pensando existía, me puse manos a la obra. Bueno, bueno, magnífico... que tampoco es para tanto.

    Gracias ^^

    Pues nada, poquito a poco, que así lo disfrutáis más.

    Besos de melón fresquito ;P

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  5. La idea de que Robert haya sido la defensa del hombre que se cargó a su hermano está muy bien lograda. También algunos conceptos de derecho nada sencillos que le dan más valor si cabe a tu escrito. Finalmente, eso de dejarle una miel bien dulce en los labios de Dalton y luego arrebatársela también me ha gustado, sí señor.

    Un saludo.

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  6. Hola, kocrann.

    Quería que el alegato de Robert fuera convincente para que se pudiese pensar en la posible inocencia del fiscal, además de que tenía que ser creíble para sus propios propósitos.

    Bueno, el derecho es una disciplina muy amplia. Creo que lo que he representado es una situación bastante habitual en escenas de ficción.

    Sí, fue capaz de engañarle por completo. Muy astuto el amigo Robert, jajaja.

    Se me olvidó comentarlo, pero hay algo curioso. Cuando me puse a mirar el dibujito que iba a poner, me paré completamente en el de la corbata. Me hizo gracia, pensé que era la representación perfecta de la sensación de Robert en el despacho del juez, al no saber cómo le iba a salir. Una especie de nudo en la garganta y esa sensación de hacerla desaparecer.

    Saludos y gracias por pasarte ^^

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  7. Ja, ja ¡qué ingenioso!!!, felicidades, cómo se las amaña para salirse con la suya de una manera tan elegante, buenísimo.

    El lenguaje jurídico increible

    Mis más sinceras enhorabuenas.

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  8. Muchas gracias, tenía ganas de escribir una historia de abogados. Aunque pensaba escribir otra historia de detectives en un principio, pero bueno, la próxima vez será...

    Bah, tampoco es nada del otro mundo. El principio del alegato es de una película: "Justicia para todos. Me encanta el alegato final de Al Pacino, es lo mejor de la película, la primera vez que lo vi me dejó impactado.

    Ains, gracias a ti por leerlo, jajaja.

    Besitos ^^

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  9. Esto es lo que yo llamo éxito rotundo ;)

    Besitos de café (que aún no he cenado xD)

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  10. No creo que sea para tanto...

    Besos de plátano.

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